domingo, 22 de junio de 2014

Rescatando el Legado de María Montessori Reifiquemos el ambiente para el aprendizaje.


Por Amalia Franco (amalia.franco@gmail.com)

El ambiente Montessori es un lugar amplio y abierto, ordenado, estético, simple y real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo del aprendizaje. El ambiente es proporcionado a la medida de los grupos. El salón está especialmente preparado para recibir las diferentes actividades programadas y en especial permite una gran libertad de movimiento. Los aprendices pueden trabajar en grupos o individualmente, respetando, de este modo, su propio estilo y ritmo, su criterio y su diferenciación como individuo.

Traigo a reflexión la definición fundamental de este tipo de ambiente porque, en principio, considero que en el proceso de facilitación es de orden primario que ese espacio esté acondicionado de manera ideal y dotado con aquellas herramientas de facilitación que permitan dinamizar el aprendizaje. El espacio, y lo que en él esté contenido, debe encender el motor de la motivación o generar al menos una alta expectativa inicial para el proceso de aprendizaje que se experimentará. Influyen claramente en esto los valores estéticos y el orden, que generan a primeras vistas sensación de bienestar, nada debe estar “fuera de lugar”, y todo muy bien presentado, incluida la mesa del desayuno o famosa “mesa de break”.

Acostumbramos los populares cachitos o pastelitos, el café, los jugos, la leche y el azúcar… muchas veces sin una variedad que permita salvar las diferencias alimenticias entre los participantes. Hoy día son más y más los que se suman a estilos de alimentación alternativas por elección propia o por razones de intolerancia, y cada vez aparecen en nuestras salas quedando de alguna forma relegados de espacios tan importantes de intercambio y asentamiento de experiencias como son precisamente “los break”. Otro factor importante es eso que ofrecemos… el listado principal de este párrafo contiene el 90% de los ingredientes que causan somnolencia y pesadez durante las usuales conferencias, simposios o experiencias de aprendizaje general y debemos empezar por romper este paradigma.

Si debemos acondicionar el espacio adecuadamente para la experiencia de aprendizaje uno de los aspectos más básicos en el comportamiento humano, como lo es el hábito alimenticio, debemos colocarlo a favor desde dos ópticas igualmente relevantes, la primera, desde la mira de la inclusión de los “diferentes” al momento que nos damos a la tarea de averiguar entre ese cuórum quienes pueden tener preferencias alimentarias que salen de lo “regular” o simplemente colocando variedades para escoger (contentivas de carnes, alimentos  integrales o ricos en fibra, sin gluten, light, o vegetales, etc.) y la segunda, desde la mira de proveer alimentos y bebidas en esos “breaks” que estimulen la concentración y la atención, pues considero que de ambas ópticas llevadas a la práctica podemos obtener interesantes beneficios. http://www.ecoosfera.com/2013/06/7-alimentos-que-favorecen-naturalmente-tu-concentracion-mental/

Prácticas como repartición mano a mano (facilitador - aprendiz) de un bombón de bienvenida estimula en el participante esa sensación de presencia dentro del todo, de ser tomado en cuenta, abre el espacio para saber en pocos minutos quien es y capturar su atención, además de contener Serotonina y Teobromina, que producen sensaciones fisiológicas de felicidad y estimulación natural, preparándole para lo que prontamente será una experiencia de aprendizaje genial. También, de la cultura oriental se puede rescatar la repartición de té durante el desarrollo en especial de charlas o conferencias, pues  el té posee un aminoácido propio, la L-theanina, que mejora el sentido de alerta, el tiempo de reacción y la memoria. Salvando las reglas fisiológicas de la atención en sala que nunca debemos dejar de poner en práctica.


De esta forma no solo acondicionamos el espacio y generamos el ambiente de forma ideal cuidando los detalles finos, también aplicamos de manera diferente (reificamos) conceptos previamente validados por el método Montessori, donde sea posible la acción y la selección. Y como facilitadores de alto impacto ganamos el ser guías inteligentes, sensibles para potenciar en cada aprendiz el auto desarrollo y el descubrimiento de verdades esenciales en un ambiente  estructurado especialmente por nosotros.