miércoles, 16 de julio de 2014

Desafío. Empresa difícil a la que hay que enfrentarse. Cada estilo marca la pauta para SALTAR a una nueva realidad.



Por: María Mercedes Gómez Mazzeo
Directora de Desarrollo de Genética del Cambio /Facilitadora de Alto Impacto.

Me siento inspirada a compartir un momento en el que me siento plena para dar "El Salto". Aceptar que el momento perfecto de abrirse camino es el resultado de haber visualizado, experimentado, probado y fracasado todas las veces necesarias para desarrollar “músculo de voluntad”. Así lo vivo hoy, es la sensación de que se puede asumir un riesgo con  fe en que el movimiento que hagas será simplemente acertado…  esa sensación es de: excitación, alegría, esperanza, entrega, certeza de que las condiciones están dadas y son propicias para que el salto sea exitoso y otros–además de ti- se beneficien en gran manera de observarte, para seguirte (si es su tiempo y deseo) disfrutando al igual que yo de esa transformación, de este avance, de esta evolución.

Quizás tu al igual que yo, haz estado muchas veces en esta situación que intento describirte. Algunos la experimentamos como una sensación de poder, de fuerza, de certeza intuitiva; otros la experimentan como una inspiración que los mueve a uno o infinitos intentos porque “vale la pena” “ porque es bueno y provechoso”, “porque les da sentido a su vida”, “porque creen que es posible hallar cuando se está buscando no importa cuantas veces”.

Hay otros dos estilos de personas,  el tercero es quien salta cuando se descubre experto, cuando encuentra todas las respuestas a sus dudas, cuando conoce y estudia los resultados positivos y negativos  de otros saltadores para elegir el mejor salto, el salto certero, el salto seguro, el salto ganador. Sabe por referencia, por investigación, por observación cual perfil de salto, cual situación, cual experiencia previa es la más idónea y re-crea un simulador de salto, para cuando está listo del que le corresponde a él, con decisión se lanza al éxito que ya sabe seguro. “El tiro al piso” , “El salto impelable”.

El cuarto estilo y último, es el que convierte el concepto en un plan maestro que es capaz de alinear recursos y coordinar esfuerzos para que muchos otros sigan en forma ordenada el proceso colectivo de saltar y encontrar un lugar a salvo, donde todos quepan, donde ninguno se atropelle, donde la forma de saltar establezca un nuevo orden, donde el riesgo es mínimo y factible en consecuencia para todos.

Esos cuatro estilos (ACOMODADOR- DIVERGENTE- ASIMILADOR- CONVERGENTE) descritos corresponden a combinaciones de cuatro estadios del ciclo para aprender, definidos por David Kolb. Estilos que van desde un gran riesgo  (acto de fe) que se asume desde la experiencia concreta y confianza absoluta de que algo bueno pasará… hasta un riesgo mínimo que lo otorga también la experiencia concreta de que "se sabe cómo" hacer el trabajo de organizar actividades y los recursos para implementar una idea. Que integran la conceptualización abstracta para crear nuevos escenarios, estudio de lo conocido para crear hipótesis que nos permita interpretar las distintas posibilidades;  y que encuentra una aplicación útil basada en  la observación reflexiva de las reales necesidades y el tempo preciso para la vida.

Hoy me siento como el pez  de la imagen saltando a otro paradigma, a otra forma de nadar, aceptando que podemos “volar en un momento dado” aunque seamos naturalmente peces “ arriesgarme a dejar de respirar unos instantes” para demostrar que puedo seguir “como pez en el agua” pero en otras aguas… que al final mi salto demuestra que todos podemos. Que manteniendo nuestra fe de que no estamos solos, la esencia de sabernos quienes somos y lo que queremos, la maestría de reconocernos haciendo lo que sabemos hacer mejor que ninguno, la experiencia que nos permite darnos cuenta que fluir es la clave del progreso, los  valores basados en el amor a la vida y competencias que nos hacen sentir poderosos y sabios, nos impulsarán a aventurarnos a otros lugares, a lo nuevo.

Acepto que el vacío es solo el inicio, es la preparación para que se produzca el  lleno, lo abundante. Con la certeza segura de que habrá espacio de sobra para quien le toque estar en esa nueva realidad conmigo y quizás contigo… Y será perfecto, lo que toca, para cada quien según su estilo, según su tiempo, según sus recursos, según su deseo.

¿De qué estilo de pez eres tú?



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