Por: María
Mercedes Gómez Mazzeo
Directora de
Desarrollo de Genética del Cambio /Facilitadora de Alto Impacto.
Me siento
inspirada a compartir un momento en el que me siento plena para dar "El Salto".
Aceptar que el momento perfecto de abrirse camino es el resultado de haber
visualizado, experimentado, probado y fracasado todas las veces necesarias para
desarrollar “músculo de voluntad”. Así lo vivo hoy, es la sensación de que se
puede asumir un riesgo con fe en que el
movimiento que hagas será simplemente acertado…
esa sensación es de: excitación, alegría, esperanza, entrega, certeza de
que las condiciones están dadas y son propicias para que el salto sea exitoso y
otros–además de ti- se beneficien en gran manera de observarte, para seguirte
(si es su tiempo y deseo) disfrutando al igual que yo de esa transformación, de
este avance, de esta evolución.
Quizás tu al igual que yo, haz estado
muchas veces en esta situación que intento describirte. Algunos la
experimentamos como una sensación de poder, de fuerza, de certeza intuitiva;
otros la experimentan como una inspiración que los mueve a uno o infinitos intentos
porque “vale la pena” “ porque es bueno y provechoso”, “porque les da sentido a
su vida”, “porque creen que es posible hallar cuando se está buscando no
importa cuantas veces”.
Hay otros dos
estilos de personas, el tercero es quien
salta cuando se descubre experto, cuando encuentra todas las respuestas a sus
dudas, cuando conoce y estudia los resultados positivos y negativos de otros saltadores para elegir el mejor
salto, el salto certero, el salto seguro, el salto ganador. Sabe por
referencia, por investigación, por observación cual perfil de salto, cual
situación, cual experiencia previa es la más idónea y re-crea un simulador de
salto, para cuando está listo del que le corresponde a él, con decisión se
lanza al éxito que ya sabe seguro. “El tiro al piso” , “El salto impelable”.
El cuarto estilo
y último, es el que convierte el concepto en un plan maestro que es capaz de alinear recursos y coordinar
esfuerzos para que muchos otros sigan en forma ordenada el proceso colectivo de
saltar y encontrar un lugar a salvo, donde todos quepan, donde ninguno se
atropelle, donde la forma de saltar establezca un nuevo orden, donde el riesgo
es mínimo y factible en consecuencia para todos.
Esos cuatro
estilos (ACOMODADOR- DIVERGENTE- ASIMILADOR- CONVERGENTE) descritos corresponden a combinaciones de cuatro estadios del ciclo para aprender, definidos por David Kolb. Estilos que van desde un gran riesgo (acto de fe) que se asume desde la experiencia
concreta y confianza absoluta de que algo bueno pasará… hasta un riesgo mínimo
que lo otorga también la experiencia concreta de que "se sabe cómo" hacer el trabajo
de organizar actividades y los recursos para implementar una idea. Que integran la conceptualización abstracta para crear nuevos escenarios, estudio de lo conocido para crear hipótesis que nos permita interpretar las distintas posibilidades; y que encuentra una aplicación útil basada en la observación reflexiva de las reales necesidades y el tempo preciso para la vida.
Hoy me siento
como el pez de la imagen saltando a otro paradigma, a otra forma de nadar, aceptando que
podemos “volar en un momento dado” aunque seamos naturalmente peces “ arriesgarme
a dejar de respirar unos instantes” para demostrar que puedo seguir “como pez
en el agua” pero en otras aguas… que al final mi salto demuestra que todos podemos. Que manteniendo nuestra fe de que
no estamos solos, la esencia de sabernos quienes somos y lo que queremos, la maestría de reconocernos haciendo lo que sabemos hacer mejor que ninguno, la experiencia que nos permite darnos cuenta que fluir es la clave del progreso, los valores basados en el amor a la vida y competencias que nos hacen sentir poderosos y sabios, nos impulsarán a aventurarnos a otros lugares, a lo nuevo.
Acepto que el vacío es solo el
inicio, es la preparación para que se produzca el lleno, lo abundante. Con la certeza segura de que habrá
espacio de sobra para quien le toque estar en esa nueva realidad conmigo y quizás contigo… Y
será perfecto, lo que toca, para cada quien según su estilo, según su tiempo, según sus recursos, según
su deseo.
¿De qué estilo de
pez eres tú?
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