miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿Influenciar o manipular? danzando entre las diferencias.

















Por: María Mercedes Gómez
Facilitadora de Aprendizaje Organizacional




Hablar de influencia nos conecta con expresiones como “tu eres muy influenciable” o “te manipularon” tales afirmaciones tienen una carga semántica que sugiere debilidad o desvalía para responder a ciertas situaciones. En una negociación pudieran surgir expresiones como “te influenciaron” o “me dejé llevar”. En el caso de que un infante quiera algo de nosotros decimos con asombro: “¡que manipulador! ese chiquillo siempre se sale con la suya” y si el asunto tiene que ver con parejas nunca faltan las consabidas: “zorro", viejo”, “tontadescuidada”, “seductora”, “mosquita muerta”, “Hombre débil” etc. Como ven, pareciera que estuviéramos contando un ramillete de historias de víctimas y perpetradores, donde los personajes son: el más villano de todos vs. un corderito indefenso que no se dio cuenta y cayó en las garras de una fiera desalmada.

Propongo que comencemos por pensar que posiblemente todos, en mayor o menor medida, hemos influenciado o manipulado a alguien. ¿Cuál es la diferencia entre manipular e influenciar? ¿De que nos sirve hacer ésta diferenciación?


Cito a Laura Robles para intentar mostrar algunas diferencias:


“Influir es actuar mediante nuestra convicción en el comportamiento propio o ajeno. Cuando lo hacemos intentamos darle curso a nuestras opiniones con el propósito de obtener un objetivo común. Otra cosa distinta es manipular lo cual es una forma de influencia engañosa, donde intento actuar sobre alguien para solo obtener intereses propios.”

Me voy a centrar en abordar de una forma distinta el tema de la manipulación, la idea es que aprendamos a lidiar con ella no desde persuadir a los que son manipuladores sino para dar herramientas de quienes son objeto de las manipulaciones y lo haré desde la poderosa afirmación que a continuación comparto:

“Soy el protagonista de mi propia vida”.

Aquello que pensamos, sentimos y hacemos tiene consecuencias, de hecho quienes somos, lo que tenemos y lo que vivimos son consecuencia directa de lo que pensamos, sentimos y actuamos alguna vez. ¿Haz sido objeto de alguna manipulación? ¿Las consecuencias no fueron favorables para ti? de ser así, tu eres cómplice de eso que te ocurrió -sé que es duro leer esto pero es una realidad- Las cosas que te pasan suceden (consciente o inconscientemente) porque así lo permites y éstos episodios no son más que una oportunidad para aprender de ti mismo, descubrir tus propios recursos, ser mas inteligente y crecer.

Pensar en ti como el centro de todas las cosas que te ocurren te ayuda a hacerte responsable de tu propia vida. Al hacerte cargo de ti mismo entonces comienzas a ser auto dependiente, que quiere decir que dependes de ti y de aquellos a quienes tú eliges. Ser auto dependiente evita que seas manipulable, no podemos seguir echándole la culpa al otro, eso nos coloca en el lugar de una inocente criatura que depende de todos menos de si misma ¡ya basta de esto!

La propuesta es a que te des autocontención o la capacidad de conseguir contención de cualquier fuente, no de alguien en específico. Si alguien no te da lo que tu quieres, pues dátelo tu mismo y si no puedes seguro alguien querrá,es cuestión de que abras tu mente y lo identifiques. Mientras te propongo que dependas de tus partes adultas para que se hagan cargo de el niño que sigues siendo, ocúpate de ti sin temer a que te abandones a ti mismo, si te encuentras sufriendo es porque fuiste abandonado por ti, por lo tanto reencuéntrate.

Ya hemos atendido la manipulación desde la responsabilidad y la adultez, desde el yo y no del otro. Ahora pasemos a aprender más sobre los procesos de influencia.

En los procesos de influencia, la percepción del otro determinará si estamos influyendo o manipulando, es decir que una misma acción podría ser interpretada como influencia o como manipulación. Una clave que te regalo para poder verificar si se manipulando o influyendo es la clave PRI.

P= Percepción del otro de que es algo bueno.
R= Resultado positivo común.
I= Intención buena de quién la ejerce.


En los procesos de influencia es necesario evaluar de forma bidireccional los objetivos y la sincronización de emociones. Esto te permitirá darte cuenta de la forma en que estás siendo percibido por la otra persona. Es necesario desarrollar la agudeza necesaria para percibir al otro, para conocer cómo está reaccionando ante nosotros y cuál será el juicio final que tendrá del proceso de influencia.

Hacer la debida diferenciación entre influenciar y manipular nos ayudará a ejercer el liderazgo de una manera responsable y digna. Si en alguna situación vuelves a oír o decir algo como que: “te quitaron la chupeta de la boca como a un niño”, espero que puedas recordar las diferencias que acabo de compartir contigo y te hagas cargo de ti, sin duda será una nueva oportunidad para aprender y corregir lo que hayas de corregir, al fin y al cabo todos y cada uno de los seres humanos tenemos poder para influir en otros, de eso se trata -en parte- la convivencia.

Gracias por continuar aprendiendo con Genética del Cambio

María Mercedes Gómez
Directora de Desarrollo de Negocios
www.geneticadelcambio.com.ve

No hay comentarios:

Publicar un comentario