sábado, 31 de julio de 2010

Comunidad Venezolana de Aprendizaje Faciltadores de Alto Impacto

"Solo es una Reflexión en Voz Alta"
Aporte de: Nilda Bigott
Facilitadora de Alto Impacto




























¿Qué es el aprendizaje? Hoy me pregunto con verdadero interés que significa aprender, ¿Cómo se logra?, ¿Cuál es el rol del aprendiz y el del facilitador, líder, profesor?, ¿Quién es clave en el proceso del aprendizaje? ¿Es el facilitador, es el que aprende o es lo que se aprende?, ¿Qué elementos intervienen en el proceso de aprendizaje?, ¿Quién aprende y quién enseña? ¿Realmente necesito de un facilitador para aprender?, ¿No está todo en los libros, en internet?, ¿De quién depende el aprendizaje del aprendiz o del facilitador?

La definición de aprendizaje nos señala que: “es el proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultados del estudio, la experiencia, la instrucción y la observación. El proceso puede ser analizado desde distintas perspectivas, por lo que existen distintas teorías del aprendizaje. El aprendizaje es una de las funciones mentales más importantes en humanos, animales y sistemas artificiales”. Basada en esta definición, se pudiese interpretar que el peso del aprendizaje recae con más fuerza sobre el aprendiz, quien pareciera ser el mayor responsable del proceso de aprendizaje, e incluso no solo del proceso en sí, sino que además, en él reposa el funcionamiento del órgano vital para aprender que es el cerebro, el cual inicia su actividad desde antes de nuestro nacimiento hasta el día en que fallecemos. En tal sentido nos pasamos la vida en un proceso continuo de transformación, gracias al aprendizaje y funcionamiento de nuestro cerebro.


Ahora, es interesante ver cómo desde que nacemos tenemos distintos maestros, instructores o facilitadores (padres, hermanos, familiares, amigos, internet, TV, etc), que durante un proceso de interacción constante nos van enseñando; simultánea y progresivamente vamos modelando comportamientos, descubriendo y fijando conocimientos. Sin embargo, dependiendo del estilo de enseñanza, tipo de interacción y/o tamaño de la apertura del espacio conversacional entre el facilitador y el aprendiz, se puede ir forjando la castración de la expresión del pensamiento, limitando la interacción requerida para aprender entre ambos sujetos, e inhibiendo la participación y la libre expresión del pensamiento.

Cuando iniciamos el colegio aparece la figura del maestro - facilitador, en líneas generales el que todo lo sabe, él o ella habla y uno oye. Luego avanzamos a través de nuestra carrera estudiantil y entramos en el proceso de estudiar, investigar y fijar conceptos, para luego ser evaluados contra estándares predefinidos que permiten ponderar, según una escala la buena o mala acumulación de conocimientos. En todo este proceso pareciera que la responsabilidad del aprendizaje es compartida entre el aprendiz y el facilitador, pero hasta dónde es realmente compartida? En mi opinión, esto depende mucho de los diferentes estilos que adopta el que enseña, el cual puede ir desde un estilo de enfoque único o un estilo de enfoque múltiple. Si el estilo predominante es el enfoque único, se corre el riesgo de ir enquistando lentamente cierta dependencia, donde el aprendiz puede albergar en su cerebro el pensamiento “si alguien no me lo enseña yo no me intereso por aprender”. Es aquí donde David Perkins en su artículo “Una cultura donde el pensamiento sea parte del aire”, plantea la importancia de enseñar y aprender en el marco de una cultura del pensamiento, que no es otra cosa que el establecimiento de una interacción abierta entre el maestro y alumno, donde los alumnos pueden decir lo que piensan, lo que les parece importante, retar, etc., y el maestro, sin miedo, puede decir lo que haga falta hasta aprender de sus propios participantes.


¿Qué es el aprendizaje? Hoy me pregunto con verdadero interés que significa aprender, ¿Cómo se logra?, ¿Cuál es el rol del aprendiz y el del facilitador, líder, profesor?, ¿Quién es clave en el proceso del aprendizaje? ¿Es el facilitador, es el que aprende o es lo que se aprende?, ¿Qué elementos intervienen en el proceso de aprendizaje?, ¿Quién aprende y quién enseña? ¿Realmente necesito de un facilitador para aprender?, ¿No está todo en los libros, en internet?,¿De quién depende el aprendizaje del aprendiz o del facilitador?

La definición de aprendizaje nos señala que: “es el proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultados del estudio, la experiencia, la instrucción y la observación. El proceso puede ser analizado desde distintas perspectivas, por lo que existen distintas teorías del aprendizaje. El aprendizaje es una de las funciones mentales más importantes en humanos, animales y sistemas artificiales”.Basada en esta definición, se pudiese interpretar que el peso del aprendizaje recae con más fuerza sobre el aprendiz, quien pareciera ser el mayor responsable del proceso de aprendizaje, e incluso no solo del proceso en sí, sino que además, en él reposa el funcionamiento del órgano vital para aprender que es el cerebro, el cual inicia su actividad desde antes de nuestro nacimiento hasta el día en que fallecemos. En tal sentido nos pasamos la vida en un proceso continuo de transformación, gracias al aprendizaje y funcionamiento de nuestro cerebro.

Ahora, es interesante ver cómo desde que nacemos tenemos distintos maestros, instructores o facilitadores (padres, hermanos, familiares, amigos, internet, TV, etc), que durante un proceso de interacción constante nos van enseñando; simultánea y progresivamente vamos modelando comportamientos, descubriendo y fijando conocimientos. Sin embargo, dependiendo del estilo de enseñanza, tipo de interacción y/o tamaño de la apertura del espacio conversacional entre el facilitador y el aprendiz, se puede ir forjando la castración de la expresión del pensamiento, limitando la interacción requerida para aprender entre ambos sujetos, e inhibiendo la participación y la libre expresión del pensamiento.

Cuando iniciamos el colegio aparece la figura del maestro - facilitador, en líneas generales el que todo lo sabe, él o ella habla y uno oye. Luego avanzamos a través de nuestra carrera estudiantil y entramos en el proceso de estudiar, investigar y fijar conceptos, para luego ser evaluados contra estándares predefinidos que permiten ponderar, según una escala la buena o mala acumulación de conocimientos. En todo este proceso pareciera que la responsabilidad del aprendizaje es compartida entre el aprendiz y el facilitador, pero hasta dónde es realmente compartida? En mi opinión, esto depende mucho de los diferentes estilos que adopta el que enseña, el cual puede ir desde un estilo de enfoque único o un estilo de enfoque múltiple. Si el estilo predominante es el enfoque único, se corre el riesgo de ir enquistando lentamente cierta dependencia, donde el aprendiz puede albergar en su cerebro el pensamiento “si alguien no me lo enseña yo no me intereso por aprender”. Es aquí donde David Perkins en su artículo “Una cultura donde el pensamiento sea parte del aire”, plantea la importancia de enseñar y aprender en el marco de una cultura del pensamiento, que no es otra cosa que el establecimiento de una interacción abierta entre el maestro y alumno, donde los alumnos pueden decir lo que piensan, lo que les parece importante, retar, etc., y el maestro, sin miedo, puede decir lo que haga falta hasta aprender de sus propios participantes.

En el proceso de aprendizaje el facilitador debe ser una herramienta más para el aprendiz, lo que implica que se hace necesario un autoanálisis del estilo que utiliza para enseñar si se trata de un enfoque único o enfoque múltiple, en este último la característica es escuchar para luego compartir y analizar los distintos puntos de vistas sin la presión de imponer un pensar particular, que pareciera ser estático y rígido, y que no acepta una visión distinta. Todo conocimiento es factible de ser retado, esto es el detonante de la chispa que da origen a la innovación, creatividad, cambios de paradigmas, etc; ejemplos: Galileo sostenía que la tierra se movía, y en su momento fue objeto de muchas burlas.

El propósito de un facilitador, como su propio término lo expresa, es permitir y facilitar la enseñanza de conocimientos, tal como lo menciona David Perkins, “Es importante que el docente cultive una conducta simbólica y abierta, provocando la participación y reduciendo su propio miedo.

En tal sentido, si deseo ser un facilitador debo convertirme en un recurso más del proceso de aprendizaje y fluir conjuntamente con el aprendiz; abriendo juntos el espacio suficiente para volar y descubrir el mundo de lo desconocido y en esa travesía aprender de los aciertos y desaciertos, sin dejar de volar, innovando o reinventándonos, no solo para acumular conocimientos sino, para experimentar y desarrollar lo aprendido y ser los constructores de nuestro mundo actual y el por venir. Durante este viaje lo único que no puedo cambiar son los hechos, pero si sus interpretaciones.

No todas las preguntas del inicio de esta reflexión están respondidas, muchas de ellas creo que son de un profundo análisis y debate, lo que si estoy segura es que el aprendizaje, independientemente de su modalidad, es como una gran nave en la que he estado y estoy montada desde el momento en que nací, quizás desde antes, y esa nave es capaz de recorrer espacios sin límites ni fronteras, solo debo recordar que YO SOY EL CONDUCTOR.

En el proceso de aprendizaje el facilitador debe ser una herramienta más para el aprendiz, lo que implica que se hace necesario un autoanálisis del estilo que utiliza para enseñar si se trata de un enfoque único o enfoque múltiple, en este último la característica es escuchar para luego compartir y analizar los distintos puntos de vistas sin la presión de imponer un pensar particular, que pareciera ser estático y rígido, y que no acepta una visión distinta. Todo conocimiento es factible de ser retado, esto es el detonante de la chispa que da origen a la innovación, creatividad, cambios de paradigmas, etc; ejemplos: Galileo sostenía que la tierra se movía, y en su momento fue objeto de muchas burlas.

El propósito de un facilitador, como su propio término lo expresa, es permitir y facilitar la enseñanza de conocimientos, tal como lo menciona David Perkins, “Es importante que el docente cultive una conducta simbólica y abierta, provocando la participación y reduciendo su propio miedo.

En tal sentido, si deseo ser un facilitador debo convertirme en un recurso más del proceso de aprendizaje y fluir conjuntamente con el aprendiz; abriendo juntos el espacio suficiente para volar y descubrir el mundo de lo desconocido y en esa travesía aprender de los aciertos y desaciertos, sin dejar de volar, innovando o reinventándonos, no solo para acumular conocimientos sino, para experimentar y desarrollar lo aprendido y ser los constructores de nuestro mundo actual y el por venir. Durante este viaje lo único que no puedo cambiar son los hechos, pero si sus interpretaciones.

No todas las preguntas del inicio de esta reflexión están respondidas, muchas de ellas creo que son de un profundo análisis y debate, lo que si estoy segura es que el aprendizaje, independientemente de su modalidad, es como una gran nave en la que he estado y estoy montada desde el momento en que nací, quizás desde antes, y esa nave es capaz de recorrer espacios sin límites ni fronteras, solo debo recordar que YO SOY EL CONDUCTOR.

Comunícate conmigo. nildabigoot@gmail.com

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